viernes, 19 de marzo de 2010

No al cierre de webs


El gobierno contra los ciudadanos digitales

El Consejo de Ministros acaba de aprobar el proyecto de ley de economía sostenible y de anunciar que lo envía a las Cortes para su tramitación parlamentaria. Todavía habrá que agradecerles que no lo aprueben por la vía rápida mediante un Decreto-Ley. Han transcurrido tres meses y medio después de que el lobby internacional del copyright introdujese, en un Anteproyecto de Ley de Economía Sostenible que nada tenía que ver con la propiedad intelectual, una ominosa Disposición Final Primera destinada a cerrar impunemente páginas web sin intervención judicial. En el camino queda una fuerte movilización en internet, falsas promesas de volver a ser recibidos para consultas, las críticas de varios de los organismos pertinentes consultados sobre la misma y unas pequeñas modificaciones cosméticas en el texto que no varían en absoluto el alcance y espíritu de las medidas.


En síntesis lo que tenemos es un proyecto de ley que, salvo que algo cambie radicalmente, será aprobado sin modificaciones o con cambios mínimos por el parlamento, y que permitirá a una comisión administrativa dependiente del ministerio de cultura cerrar las páginas web que le parezca pertinente. Para empeorar todavía más el asunto, la composición de dicha comisión no se establece en la ley ni se conoce, aunque todo apunta a que en ella estarán presentes las entidades de gestión. Una vez decidido el cierre, un juez revisará que no se vulneran la libertad de expresión o de información, pero no entrará en el fondo de la cuestión. No revisará si efectivamente hubo o no una vulneración de derechos de propiedad intelectual. Ante este cierre, cabrá recurrir por la vía ordinaria y ver si después de unos años la justicia te da la razón y puedes volver a abrir tu web. Eso sí, incluso si al final ganas, olvídate de que alguien te vaya a compensar. Es, con toda claridad, una justicia paralela. Una justicia que no es justicia.


La defensa de la propiedad intelectual se convertirá así en la gran excusa para censurar y controlar internet. Cualquier página web es susceptible de estar infringiendo derechos de propiedad intelectual desde el punto de vista de los interesados, que serán muy probablemente los que controlen la comisión. Se impondrá la interpretación de que enlazar a contenidos protegidos equivale a publicarlos, aunque los jueces se empeñen en decir lo contrario. Y con ello todas las webs con enlaces, y la estructura misma de Internet estarán en peligro. Así, se podrán cerrar páginas molestas de todo tipo. Es más, si funciona como pretenden sus impulsores, ni siquiera esto hará falta. Habrán creado un régimen de autocensura suficiente para que la gente no se atreva a publicar según qué cosas. O para que una simple amenaza de denuncia ante la comisión baste para que se retiren los contenidos o críticas no deseados.


lunes, 15 de marzo de 2010

Poesía inédita de Quevedo. La profesora María Hernández saca a la luz versos de hallados en los archivos menos frecuentados de España y Portugal


Todo está en los archivos y bibliotecas. Tras investigar en algunos de los menos frecuentados de España y Portugal y escarbar entre los legajos del Manuscrito de Évora, la profesora María Hernández lanza esta semana Poesía inédita de Francisco de Quevedo (Libros del Silencio).

Imposible, dicen los expertos, confirmar su autoría o negarla, pues bien pudo haberlos escrito Quevedo, que no publicó en vida sus versos, por lo que mucha de su poesía tal vez esté extraviada o siga, como hasta ahora, escondida en obras como ésta:

La nave que surcando el Ponto pasa
ligera y fuerte como viento y peña,
el bravo mar con ocasión pequeña
rompe, sorbe, deshace, ahoga, arrasa.
La ciudad fuerte o respetada casa
que de tratar las nubes se desdeña,
con breve curso el Tiempo nos la enseña
rota, humilde, asolada, yerma y rasa.
La ignorancia mortal que se alimenta
de bárbara ambición y se presume
potente, firme, estable, altiva, osada,
baje la rueda, reconozca y sienta
que en un punto la muerte la resume
en humo, en polvo, en viento, en sombra, en nada.


Memorial que se dio a Felipe IV por su buen gobierno

Soneto

Señor, no se despacha dependiente,
el turés baja, el francés se altera,
quema tus puertas con audacia fiera
el poderoso amigo de occidente,
armada no parece, falta gente
que surque el mar y ampare su ribera,
en palacio no hay blanca y paga espera
el pobre ciego cojo y el doliente.
Tu majestad lo vea y dé la traza
que al prohibido remedio más importe,
que mi vejez en llanto la resuelvo.
Denme caballos, venga el duque a caza,
córranse toros, múdese la corte
y digan a la reina que ya vuelvo.


A Marçal Font


Cuando contemplo, de la alquimia, el oro
de tus ojos en mares naufragados,
mi boca, en su deseo desbocado,
busca, sedienta, el mapa del tesoro.
Mas me admiro, no obstante, cuando veo
que manejas la pluma con destreza,
que cantas con sigilo a la belleza
fecundando las mentes, cual Orfeo.
No es mi soñar callar con cortesía,
el Niño Amor escoge mi ventura,
disculpa, ¡oh, mi galán!, esta osadía:
pues arderé por ti en la noche fría
y hasta que el sol llore mi sepultura
la vida bailaré en tu compañía.


Hermosa, altiva, inexorable Armida
que te desdeñas si te toca el viento,
templa, benigna, el libre pensamiento,
ya que no enamorada, agradecida.
¿Dó vas? ¿Intentas de quitar la vida
al que la da a tu fama? ¡Bravo intento!
¿No te ves por su heroico entendimiento
entre Ariadna y Leda entretejida?
Mas tu basquiña sigue tus cuidados
y abraza alegre tu sabroso daño,
ufano, que pudiste merecerlo;
que su camino hallarán los hados
y, si te abrasa incendio tan extraño,
nunca en Cartago ardió fuego tan bello.


[No bastan los agravios...]


No bastan los agravios que, velando
de ti, Fortuna y Tiempo estoy sufriendo,
Amor, sin que permitas que, durmiendo,
me estéis Fortuna y Tiempo y tú burlando;
que, cuando el claro sol su luz mostrando,
voy sus mejillas de oro descubriendo,
me estaba la Fortuna a mí ofreciendo
la conquista, al mundo regalando.
Con aquesto también quisiste darme
cabellos, ojos, frente, manos, boca,
cual mil veces lo tuve deseado.
Más deshaz el agravio con mostrarme
esto despierto, porque injusto toca
pagar despierto mal con bien soñado.


A la Pobreza


Hambrienta, rota, inquieta, disgustada,
pálida, débil, triste y congojosa,
cortés, humilde, inútil, ingeniosa,
baja, ruin, civil, ocasionada;


de todo el mundo con razón odiada,
de cuantas cosas miras, deseosa;
en sujetos honrados, vergonzosa,
y en los que no lo son desvergonzada;


símbolo sin razón, sosa, afligida,
noche de la verdad y entendimiento,
ruïna del valor y la nobleza,

riguroso verdugo de la vida
y de las almas infernal tormento:
eres infame y mísera, Pobreza.

A [la] Franqueza

Subí como Dios sabe, y no podía,
hasta poner los pies de oro pensaba,
pero como subir más deseaba,
poco lo que subí me parecía.


Mil ilícitos medios inquiría
y el deseo de arriba me ayudaba,
ambición y avaricia me guiaba
agarrando de todo cuanto vía.


Pero fue mi subir como cohete,
que todo cuanto puede en la subida
emplea sin pensar que el bajar falta.

El Tiempo en mí cumplió lo que promete,
y dio gran estallido mi caída
por ser pesado yo, y la torre, alta.


Y, para muestra memorable, este soneto. Probablemente no sea el más interesante de los incluidos en el libro (podéis descargar una selección aquí), pero sí, no me lo negaréis, uno de los más canallas:


Piojos cría el cabello más dorado,
lagañas hace el ojo más vistoso,
en la nariz del rostro más hermoso
el asqueroso moco está enredado.

La boca de clavel más encarnado
tal vez regüelda a hálito fatigoso,
y la mano más blanca es muy forzoso
que al culo de su dueño haya llegado.

El mejor papo de la dama mea
y [a] dos dedos del culo vive y mora,
y cuando aquesta caga, es mierda pura.

Esto tiene la hermosa y más la fea,
veis aquí el muladar que os enamora,
cágome en el Amor y en su hermosura.


Amén.