Cubierta de tules y grandes pedruscos, en la ciudad que inspiró Bajo el volcán, la gran novela de Malcolm Lowry, todo en la vida de Tamara de Lempicka (nacida Gorska, en Varsovia, 1898, cuando Polonia formaba parte aún del Imperio Ruso), suena a novela. Venida al mundo en una familia adinerada que pasaba temporadas en San Petersburgo y en Montecarlo, Tamara nunca pudo ni quiso ocultar que su lugar natural estaba entre una aristocracia decadente, internacionalista y cosmopolita, acostumbrada a viajar, a hablar diversas lenguas y por supuesto, bajo la coartada de las Artes, a divertirse...
Una amplia retrospectiva rescata ahora la obra de la inconfundible pintora “déco”, testigo y protagonista de la singular decadencia de la modernidad en la exposición de la Fundación Caixa Galicia. Tamara de Lempicka (1898-1980) fue una mujer moderna, libre y determinada, icono de la agitación y de la modernidad vital y cultural del período de entre guerras. Una polaca casada con un abogado ruso, exiliada a París, donde se convierte en la retratista más solicitada de Europa. Una figura emblemática de la estética moderna, gran inspiradora del mundo de la moda, de la publicidad y del grafismo.
La exposición, comisariada por Emmanuel Bréon, es un tributo a esta pintora polaca que, después de haber conquistado París, Londres, Viena y Milán, con diferentes muestras que han tenido lugar entre 2004 y 2006, se presenta a partir del 18 de abril de 2007 en la Fundación Caixa Galicia de Vigo con contenidos inéditos y un montaje espectacular que la convertirán en la mayor exposición sobre la artista, la muestra recoge la carrera de esta fascinante artista que vivió en San Petersburgo, París, Milán y Nueva York sus últimos años en Cuernavaca.
Una cuidada selección de cuadros y dibujos, así como, fotografías, un audiovisual y diversos objetos recrean la atmósfera de la época y permitirán al visitante adentrarse en la vida de Tamara de Lempicka, una vida marcada por el glamour pero también por los acontecimientos del siglo veinte.
Tamara de Lempicka participó plenamente en la esfera artística y mundana de su tiempo, haciendo de su vida una verdadera puesta en escena. Lempicka se inscribe en el movimiento estilístico de la época, el post-cubismo y el manierismo modernista. Esencialmente retratista de la alta sociedad, en sus temas refleja el gusto por la libertad de costumbres.
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