domingo, 3 de junio de 2007

El Gafe

Como los científicos se aburren, creo que la humanidad tiene otras prioridades, los investigadores del Centro Médico Universitario de Groningen (Holanda) han realizado un exhaustivo estudio de los pequeños accidentes que suelen ocurrir a diario, hasta aquí todo normal pero claro, la conclusión a la que han llegado dichos investigadores es que existen personas que tienen la capacidad de sufrir con sorprendente frecuencia los más inesperados accidentes, ¡impresionante!

Pero claro, más impresionante me parece que una revista médica de reconocido prestigio como la New Scientist publique dicho estudio, según la publicación los científicos holandeses han investigado lo que vulgarmente se conoce la suerte (buena o mala) de 147.000 personas de 15 países distintos, y han realizado 79 diferentes estudios de cuántas veces el azar afecta a las diferentes personas ¿Quién habrá pagado el estudio? ¿los contribuyentes holandeses? ¿Fondos de la Unión Europea?. Total, que después del seguimiento de estas miles de personas los investigadores holandeses afirman que el resultado de su “investigación” ha confirmado las sospechas de la humanidad de que los gafes existen, parece ser que una de cada 29 personas tiene un 50% más de riesgo que el resto de tener que pasar por una accidentada situación, por lo que supongo que habrá otra persona que tenga un 50% más de posibilidades que el resto de pasar por una situación afortunada y si no acordaros de las más de 80 veces que le toco la lotería al “malayo” Roca.


Esta investigación, en la que se habrán gastado miles de euros, se la podría haber ahorrado si hubieran visto la película española de 1958 El Gafe, en ella Felipe Urrutia (José Luis Ozores) origina varios accidentes, lo que motiva que la gente le considere un "gafe". Paco (Antonio Garisa), amigo íntimo de Urrutia, es un "cara dura", que convierte la cualidad de su amigo en un negocio, administrando la “cualidad” de Felipe para hundir a la competencia, ganar partidos de fútbol…

La investigadora Eller Visser, una de las responsables del estudio, asegura que no puede precisar quién o quienes pueden ser los auténticos gafes, pero sospecha (¿después de todo no es concluyente la investigación?) que si resbalas al levantarte de la cama, derramas el café cuando te llevas la taza a la boca y cuando saludas a alguien por la calle tropiezas contra una farola, te caes al suelo y rompes el reloj para descubrir que a quien has saludado en realidad no le conoces de nada, no se trata que tengas un mal día sino que todos estos pequeños accidentes se deben a los rasgos de personalidad que destacan en los gafes. ¡Ten cuidado si te pasan esas cosas, puede que seas un auténtico gafe!.


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